Moáis en Italia: las únicas estatuas originales fuera de la Isla de Pascua
- Prof.ssa Giovanna Ciarmatori
- 13 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Todos sabemos que la Isla de Pascua, o Rapa Nui, rodeada por las aguas del oceano Pacífico, está caracterizada por esculturas inconfundibles: los gigantescos Moáis, símbolo de aquella tierra. Pero, entonces, ¿qué hacen dos Moáis en Italia?
Han llegado hace pocos años, o bien, para ser más precisos, a Italia han llegado los Rapanuis que los han esculpidos, con las mismas técnicas tradicionales legadas desde muchas generaciones, para hacer dones a dos pequeñas ciudades de la Península.

El primer Moái italiano
En Vitorchiano, pequeño municipio medieval en provincia de Roma, descuella una verdadera estatua Moái alta seis metros, que ya se ha convertido en un curiosa atracción turística. Este Moái no es antiguo como los que se encuentran en la Isla de Pascua, que hace varios siglos fijan austeros el horizonte, sino que ha sido esculpido en el 1990 por once Maoris Rapanui de la familia Atan, que se habían movido a Europa con la intención de sensibilizar a su población cerca de la restauración de las antiguas estatuas polinesias.
Así, frente de las cámaras de una transmisión televisiva, los once Rapanuis mostraron a Italia entera como se construye un Moái, esculpiendo un gran bloque de piperino, piedra de características muy similares a las del material usado para las esculturas pascuenses. Sobre la cabeza del Moái resalta el característico gorro llamado pukao.
Por algún tiempo la imponente estatua ha quedado localizada en la plaza Umberto I de Vitorchiano, luego ha cumplido un viaje a Cerdeña, donde ha sido expuesta en el museo del territorio Sa Corona Arrubia durante una muestra. Desde entonces regresó a su pueblo natal, pero esta vez dejándola puesta en la calle Teverina.
Los habitantes de Vitorchiano están muy apegados al Moái y han tomado el hábito de tocar su ombligo, en la convicción de que lleve buena suerte. Por 25 años este ha sido el único verdadero Moái presente fuera de la Isla de Pascua, pero hace algún tiempo ya no es así.

De hecho, desde el 2015, hay un segundo Moái en otro pueblo italiano del la provincia de Bérgamo, llamado Chiuduno, que acoge cada año el Festival internacional ‘El Espíritu del Planeta’, cuyo objeto son las tradiciones, el folclore, el artesanado de varios grupos étnicos y tribales del mundo entero.
En ocasión de la quinceava edición del festival, un grupo de catorce Rapanuis de la Isla de Pascua, pertenecientes a la tribu Haka Ara Henua, ha construido, siempre según la técnicas tradicionales, un Moái en arenisca de Credaro, esa también muy parecida a la piedra de los Moáis originales, y luego lo ha donado al pueblo de Chiuduno, como símbolo de paz.
Los Maoris han querido esculpir sobre la estatua algunas inscripciones en rongo rongo y proveerla de ojos de obsidiana y coral, lo que en su cultura está cargado de significado, porque es como si la estatua hubiese vuelto “el rostro vivo de sus antepasados”, como dijo el portavoz Rapanui durante la inauguración.
La escultura ha sido además dirigida hacia la Isla de Pascua, para crear una conexión entre Chiuduno y la tierra de los escultores. Para la cultura polinesia, el Moái es un protector del pueblo, y, por lo tanto, el pueblo tiene que ser un buen guardián del Moái.
Ahora que saben qué hacen dos Moáis en Italia y cuáles son sus fascinantes historias, quizás les habrá venido la curiosidad di ir a ver por lo menos uno y, si podrán, les aconsejamos que toquen su ombligo, para atraer sobre ustedes, come dicen los Maoris, la buena suerte.